De la Tierra a la Esfera Celeste
Con frecuencia la idea que tenemos de un científico -un astrónomo, por ejemplo- es absolutamente falsa. Suelen ser ideas preconcebidas, que pintan a un científico no muy culto, metido en un mundo de números y conceptos abstractos incomprensibles y, por tanto, imposibles de divulgar, de transmitir de una manera amena y entretenida. En fin, un ser que está en las estrellas, un poco lunático.
Pero he aquí, que David Barrado -un astrónomo-, con este libro y algunos más, se nos muestra como un comunicador nato, un divulgador de ciencia, un amante de la pedagogía. No solamente eso, sino que, a medida que vamos «deshojando» este libro, nos damos cuenta de que estamos ante un humanista, un hombre que parece recién llegado del Renacimiento: ¿Cervantes y el nieto de Tamerlán astrónomos? ¿Los secretos de los palimpsestos, un texto de Arquímedes oculto en un libro de oraciones?
A lo largo del texto David Barrado, partiendo de la cosmografía, a la que se puede clasificar como la ciencia imperial en los siglos XVI y XVII, nos propone un viaje que nos lleva desde Homero hasta los exploradores de la Antártida y a los confines del Sistema Solar. Responde a muchas preguntas como las enunciadas, desvelando una pléyade de curiosidades científicas.
Pero sobre todo despeja una incógnita que él mismo plantea: ¿ciencia versus humanidades? Demuestra lo equivocadas que pueden llegar a ser las ideas preconcebidas. Un científico no debe dejar de ser nada más y nada menos que un intelectual.