Teoría astronómica que trataba de explicar el movimiento aparente de los astros contando con la hipótesis de que la Tierra era el centro fijo del universo. Fue formulada por Aristóteles, completada y ratificada por Ptolomeo y, a pesar de contar con detractores, en la antigüedad el geocentrismo parecía ser la teoría correcta. Finalmente su aceptación por la Iglesia y el feudalismo la convirtieron en la teoría dominante hasta el Renacimiento. Según el geocentrismo, los movimientos de los cuerpos celestes podían explicarse por combinaciones de círculos (epiciclos) centrados en la Tierra. Estos explicaban sus movimientos con bastante precisión, pero el descubrimiento de las leyes del movimiento celeste y la mejora en las observaciones hicieron cada vez mas difícil sustentar su validez. Las combinaciones de círculos necesarias fueron cada vez más complicadas llegando a ser un problema inabordable. La teoría heliocéntrica que desarrolló Copérnico constituyó la solución definitiva y supuso, por tanto, una auténtica revolución en mecánica celeste.
Imagen: Representación del sistema heliocéntrico copernicano.