Regla matemática simple que permite deducir, a partir del número de orden de un planeta en el Sistema Solar, su distancia al Sol.
Johann Bode la publicó de esta forma: distancia al Sol = (n+4)/10 en unidades astronómicas, donde n = 0, 3, 6, 12, 24, 48,... Fue Johann D. Titius quien la descubrió en 1766, pero no tuvo eco científico hasta que Bode la dio a conocer en 1772. Se trata de una fórmula empírica (a la cual no se le ha encontrado ninguna explicación física clara, a pesar del esfuerzo invertido) que se dedujo cuando solo se conocían los planetas Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. La ley se hizo famosa al descubrirse Urano y al buscar y encontrar Ceres y el cinturón de asteroides a las distancias marcadas por la Ley de Titius-Bode. Posteriormente se descubrieron Neptuno, que no cumple la ley y Plutón que tampoco la cumple pero se aproxima bastante aunque este último no se considere hoy un planeta propiamente dicho. Es una ley que también es válida (con otros parámetros numéricos) para los satélites de Júpiter y de Urano y también para los de Saturno, pero con algunos huecos. Actualmente se está tratando de aplicar su generalización a los planetas extrasolares.