Cada una de las partículas pequeñas (hasta unos diez metros) que orbitan alrededor del Sol. Estas partículas están asociadas a los cometas y asteroides, pero también pueden haber sido arrancadas de satélites o planetas tras choques violentos con otros cuerpos. Cuando un cometa pasa cerca del Sol, la parte volátil del material del que está compuesto (hielo y rocas) se sublima, y deja en libertad las partículas de distintos tamaños que contenía, las cuales permanecen en la misma órbita. Estas partículas constituyen lo que podemos llamar un enjambre o tubo de meteoroides que, si corta la órbita terrestre, producirá una lluvia de estrellas (como las Perseidas). Cuando estas partículas se hallan en el espacio reciben el nombre de meteoroides, si penetran en la atmósfera terrestre o de cualquier otro planeta se calientan, se vaporizan parcial o totalmente y se llamarán estrellas fugaces o, más técnicamente, meteoros. Si son lo suficientemente grandes para llegar hasta el suelo sin volatilizarse totalmente se llaman meteoritos.