El espacio que hay entre las estrellas dentro de un galaxia. Aunque parece vacío hay gas (99%) y polvo (1%) distribuidos de un modo muy irregular. Se estima que en galaxias como la de la Vía Láctea un 10-15 % de su masa reside en el medio interestelar. A partir de esta materia interestelar se forman las estrellas que, según su masa, la van devolviendo al medio interestelar suavemente en forma de vientos estelares o en forma de explosiones de supernova al final de su vida. Estas explosiones calientan el medio interestelar hasta temperaturas de un millón de kelvin y se forman burbujas de gas caliente e ionizado de muy baja densidad (fase caliente) que se van enfriando en contacto con el medio interestelar general neutro y más denso (fase fría), de unas decenas de kelvin. Se forman además unas zonas de transición de gas templado y de densidad intermedia (fase templada). El gas está compuesto mayoritariamente por hidrógeno y algo de helio, y el polvo consta de partículas de hidrógeno, carbono y silicatos. La densidad del medio interestelar oscila entre una milésima y un millón de átomos de hidrógeno por cm3 (la masa de un átomo de H es de 1.67 × 10-24 gramos), que es pequeñísima comparada con las densidades terrestres, como por ejemplo la del agua que es de 1 g/cm3 o la del oro que es de 19.32 g/cm3.
Véase materia interestelar.
Imagen: Nube molecular RCW 108. Parte de la materia que ocupa el medio interestelar se encuentra en forma de gas hidrógeno molecular con cierta componente pulverulenta, en las llamadas nubes moleculares. RCW es una nube molecular que está en trance de destrucción por la radiación del cúmulo estelar cercano NGC 6193, que aparece a la izquierda en la imagen.
Crédito: Ferrán Comerón (ESO).