Durante su formación, una estrella experimenta diferentes fases antes de alcanzar la estabilidad (lo que se denomina secuencia principal). En primer lugar, una nube interestelar de polvo y gas se fragmenta, se colapsa y da lugar a la aparición de varias regiones de densidad más elevada. Más tarde, las protoestrellas aparecen a partir de los coágulos o núcleos que continúan con el colapso de material. Con posterioridad, la conservación del momento angular (una cantidad física relacionada con la masa y la rotación) hace que se forme un disco alrededor del objeto central, el disco circunestelar, que proporciona material a la estrella (mediante acrecimiento). Finalmente, el disco termina por desaparecer, pero un sistema protoplanetario se puede formar durante esta última etapa. La fase de acrecimiento corresponde a los objetos de tipo T Tauri. Esta fase suele durar unos pocos millones de años, una fracción muy reducida de la existencia total de la estrella, pero de importancia crucial tanto para la estrella como para la posible formación de planetas alrededor de la misma.
Para la ortografía correcta de circunestelar, véase este artículo de terminología.