Background Image

cometa

Los cometas (del griego kometes, que significa «astro con cabellera») son cuerpos menores, desde una pocos metros hasta algunos kilómetros de diámetro, compuestos de hielo y silicatos. Se trata básicamente de grandes «bolas de hielo sucio». Sus órbitas, normalmente muy alargadas, los llevan a pasar la mayor parte del tiempo muy alejados del Sol, en regiones frías del Sistema Solar. Pero cuando se acercan al astro rey, se calientan y el hielo (principalmente de agua) se sublima, es decir, pasa de estado sólido a gaseoso. Este gas, que escapa del núcleo sólido del cometa, arrastra consigo partículas de polvo y forma unas extensas nubes alrededor del cometa llamadas cabellera (o coma). Los materiales que forman la cabellera son arrastrados en sentido opuesto al Sol por el viento Solar y dan lugar a las colas cometarias. Existen al menos 3 tipos de cometas: los de corto periodo o de la familia de Júpiter, objetos con un periodo orbital menor de 20 años y órbitas apenas inclinadas respecto de la eclíptica; los de tipo Halley, con órbitas más alargadas, periodos de decenas de años e inclinaciones que pueden ser muy grandes; y los de largo periodo, con órbitas alargadísimas y periodos que van desde miles de años hasta objetos que han pasado por la cercanía del Sol una única vez desde los orígenes del Sistema Solar.

Volver al índice

Imagen: El gran cometa de 1997, el Hale-Bopp, fotografiado junto a la galaxia de Andrómeda y el doble cúmulo de Perseus.
Crédito: Vicente Aupí.

Imagen: