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De los avances en el campo de los GRBs en los últimos 25 años

17/06/2024

De los avances en el campo de los GRBs en los últimos 25 años

Alberto J. Castro-Tirado - Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y Unidad Asociada al CSIC Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática, Escuela de Ingeniería Industrial, Universidad de Málaga.

Los estallidos de rayos-gamma (GRBs) fueron descubiertos en 1967 y hoy sabemos que los de larga duración (>= 2s) por lo general están producidos por colapsos de estrellas masivas dando lugar a agujeros negros recién nacidos en remotas galaxias a un ritmo de uno por día en nuestro Universo (por término medio) mientras que los de corta duración (< 2 s) se originan en fusiones de estrellas binarias de neutrones, liberándose energías del orden de 1051 erg en el caso de los primeros y algo menor y formándose lantánidos en el caso de los segundos. Todos estos avances  se detallan en la presente contribución, justo veinticinco años tras la que abría el primer Boletín de la SEA allá por noviembre de 1998 [1], cuando reportábamos la detección de las primeras contrapartidas electromagnéticas gracias al descubrimiento por el satélite BeppoSAX de las postluminiscencias en rayos-X (que propició la detección posterior de la misma en óptico y en radio) y la determinación de la escala de distancia cosmológica para los GRBs, con las primeros corrimientos al rojo en torno a z = 1.

La física de los GRBs ha avanzado mucho desde entonces y de hecho me atrevo, sin ánimo de ser exhaustivo, a dar las siguientes pinceladas de los hitos observacionales más relevantes acaecidos en el campo desde entonces.

Principales hitos observacionales en el campo de los GRBs entre 1998 y 2024

- 1999. La emisión de los GRBs es colimada con lo que la energía total liberada pasa de E~10521054 erg (considerando emisión isótropa) a ser E~1051 erg [2,3]. En este año también se anunció la primera detección de emisión óptica simultánea a un GRB [4].

- 2003. La relación entre las supernovas (SNe) altamente energéticas (en especial las SN I c) con los GRBs de larga duración [5,6] confirmando los indicios (cinco años antes) de la relación entre SN1998bw y un GRB de baja luminosidad en una galaxia cercana. Ese mismo año también se reporta la detección de variabilidad en la polarización de la postluminiscencia óptica, para el mismo GRB [7].

- 2005. La detección de las primeras contrapartidas electromagnéticas de los GRBs de corta duración tanto en rayos X [8,9] como en el óptico [10,11]. En este año también se reporta la detección del primer GRB a alto corrimiento al rojo, por encima de z = 6 [12,13].

- 2006. Un GRB de baja energía (a modo de destello de rayos X) asociado a una SN [14,15]. En este año también se publica la no existencia de la esperada SN asociada a un GRB de larga duración cercano [16,17] así como la primera detección de polarización óptica en la emisión temprana de un GRB [18].

- 2008. La detección de un GRB cuya postluminicencia óptica llegó a ser visible a simple vista por unos segundos [19].

- 2009. Detección de un GRB con corrimiento al rojo de 8,1 [20,21].

- 2012. Asociación de la SN subyacente de un GRB ultra largo (104 s) con una magnetar [22]. En este año también se reporta la primera detección de polarización circular en la postluminiscencia óptica de un GRB [23].

- 2013. Uno de los GRBs más brillantes registrados hasta la fecha [24] y primera detección de una kilonova en un GRB, distinto del anterior [25].

- 2017. Detección de un GRB débil y de corta duración sólo 2 segundos tras la llegada de la correspondiente onda gravitacional a la Tierra (modelada por la colaboración LIGO como la fusión en un sistema binario de dos estrellas de neutrones) y la kilonova asociada [26,27]

- 2018. Evidencia de la afloración del chorro como consecuencia del colapso del progenitor de un GRB antes de detectarse la SN de larga duración asociada al mismo [28].

- 2019. Primera detección de un GRB en el rango de los TeV [29] (Figura 1). En este año también se presentan evidencias de magnetares como resultado final (en algunos casos) de la fusión de sistemas de estrellas binarios[30].

- 2021. Detección de una kilonova asociada a un GRB de larga duración, implicando la existencia de GRBs de duración > 2s en una subclase de fusiones de sistemas binarios de estrellas de neutrones [31,32].

- 2022. La detección del GRB más intenso hasta la fecha, con la primera detección de uno por encima de 10 TeV [33,34].

- 2023. Detección de una kilonova asociada a un GRB de larga duración con evidencias de producción de lantánidos [35].

Figura 1. La primera detección de un GRB en el rango TeV, por parte de MAGIC. Elaboración propia (izda.) y A. Simonnet (dcha.).

Implicación en la comprensión de los GRBs y los avances teóricos

Entonces,  ¿qué sabemos a estas alturas, 25 años después?

De entrada, el número de GRBs con postluminiscencias ha sobrepasado ya los 1700, con ~450 corrimientos al rojo ya medidos [36] y un valor medio de z ~ 2.5 [37]. Centrándonos en nuestro país, investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) han usado los observatorios españoles (en particular los telescopios de 1,5m de Sierra Nevada, 2.2m de Calar Alto, y el Gran Telescopio Canarias) para contribuir en muchas de estas detecciones y determinación de corrimientos al rojo, dando lugar resultados muy notables, complementados por las detecciones tempranas (pocos segundos tras recibir la alerta de GRB) de la Red Global BOOTES de Telescopios Robóticos, la primera desplegada por país alguno en los cinco continentes [38,39]. Como anécdota1, las primeras observaciones de GRB en modo de oportunidad se iniciaron en 1997 en todos los observatorios españoles (cuando los programas de oportunidad en cualquier campo científico eran inexistentes) y el primer resultado científico del GTC en cualquier campo, fue para un GRB ocurrido durante la fase de comisión en 2009 [40]. Como se ha comentado, con MAGIC (colaboración donde se enmarcan varios grupos de investigación españoles) se registró en 2019 el primer GRB en el rango TeV. También se ha avanzado mucho tanto en la compresión teórica de los chorros, como en los progenitores de los GRBs de mayor duración, gracias en estos dos últimos casos a los trabajos realizados desde hace años en la Universidad de Valencia (ver [41, 42] a modo de ejemplo).

Desgranamos en los siguientes epígrafes, y de manera muy somera, el estado actual de la cuestión.

Progenitores: (¿Supernova o no supernova? / ¿Kilonova?)

La clasificación convencional de GRBs entre los ahora llamado de tipo I (largos, debido a colapso de estrellas masivas pobres en metales, ‘collapsars’) y los de tipo II (cortos, originados en fusiones de sistemas binarios de estrellas de neutrones (NS-NS) sigue teniendo vigencia [43,44], pero ya sabemos de varios casos (reflejados anteriormente) que no cumplen esta dicotomía. Aparte, la existencia de varios GRBs de larga duración (> 103 s) apunta a que otra clase de progenitores están involucrados.

La clave para la determinación unívoca y sin duda alguna de un progenitor masivo en el caso de GRBs de tipo I es la existencia de una SN que se puede inferir, bien como un exceso en la curva de luz de la postluminiscencia óptica, con el máximo aproximadamente un mes tras el estallido (que son las SNe más débiles que se podrían llegar a observar con sensibilidad suficiente hasta z ~1) o bien, de manera espectroscópica (limitada en este caso forzosamente a valores de z < 0.5), aunque para ello se necesite una alta relación señal-ruido. En estos casos, para mejor caracterizar la SN, los espectros de la misma obtenidos (tras sustraerle el la contribución de la galaxia subyacente), se comparan con SN1998bw, que fue la primera asociada con un GRB de larga duración, siendo además la más cercana de todas las SNe asociadas a GRBs detectadas hasta la fecha.

Y en aquellos casos en los GRBs de tipo I en los que hay evidencias en la postluminiscencia de una fase de emisión continuada en forma de meseta (‘plateau’), ésta se explica como una inyección de energía continuada y evidencia de haberse formado un magnetar [45] en vez de un agujero negro, siendo también estos objetos producidos en las fusiones de sistema binarios de estrellas de neutrones.

¿Y en el caso de los de tipo II? La existencia de una kilonova es la prueba evidente de la fusión de un sistema binario de estrella de neutrones (Figura 2), tras la primera detección en GRB 130603B y el hallazgo de la kilonova en la contrapartida electromagnética de la onda gravitacional GW 170817A asociada a un GRB de corta duración.

Figura 2. Concepción artística de la secuencia de formación, a partir de la fusión de dos estrellas de neutrones en un sistema binario, de una kilonova asociada con un estallido de rayos gamma. / Clara & Sofía López Martín (Freepik) y Alberto J. Castro-Tirado (IAA-CSIC/UMA).

Postluminiscencias

Desde el punto de vista de su interacción con el medio, la postluminiscencia (el “afterglow” en inglés) que se observa en todas las longitudes de onda, satisface la predicción del modelo de bola de fuego (“fireball model”) relativista [46], al inyectarse una cantidad de energía nada despreciable en el medio interestelar de la galaxia anfitriona (Figura 3). El proceso físico dominante es radiación sincrotrón, por parte de electrones relativistas en presencia de fuertes campos electromagnéticos (B ~106 G), y originados en la eyección relativista (factores iniciales de Lorentz Γ ~  102 – 103) de material en diversas fases a lo largo de un chorro de emisión colimada en un ángulo con una abertura en el rango ~1º-10º.

Figura 3. Concepción artística del modelo estándar de GRBs, adaptado de [58].

Sin embargo, estudios más recientes muestran que no todos los GRBs satisfacen las predicciones del modelo estándar, en relación tanto a la emisión temprana como a la postluminiscencia (ver por ejemplo, [47]) como se muestra en las Figuras 4 y 5. En especial, el ajuste de las postluminiscencias no es tan bueno en las longitudes de onda de radio, cuando se hace el ajuste multifrecuencia de todos los datos. También se han observado, en ~40% de las postluminiscencias de rayos X observadas por el satélite Swift pocos minutos tras el GRB, fulguraciones hasta 104 s más tarde, episodios a modo de flujo constante o mesetas (‘plateaus’) que se extienden hasta 104-105 s y cambios de pendientes (‘jet breaks’) que hacen más compleja toda la interpretación.

Figura 4. La postluminiscencia de GRB 021004, desde rayos-X hasta radio, desde 0,01 hasta 250 días tras el GRB, mostrando los 7 episodios de inyección de energía a lo largo de ese tiempo. Adaptado de [59].

Figura 5. La distribución espectral (desde radio hasta rayos-X) de la postluminiscencia de GRB 051022 (a las 33h tras su detección), incluyendo datos de Calar Alto con el ajuste según el modelo estándar. Adaptado de [60].

Aparte del modelo estándar mencionado anteriormente, existen otros modelos de emisión temprana (de choques magnéticos internos, de atmósfera magnéticamente disipativa) y el llamado ICMART (‘Internal Collision-induced Magnetic Reconnection and Turbulence’) así como modelos híbridos resultante de los anteriores.

La estructura y composición del chorro

En GRB 030329, uno de los mejor estudiados, se propuso la existencia de un doble chorro. Una primera componente (el chorro más estrecho y con un factor de Lorentz inicial más alto) que sería el responsable de la emisión gamma y una segunda componente (con un chorro más ancho) que sería el causante de la emisión de la postluminiscencia, al menos desde radio hasta el óptico [48].

Pero, ¿cómo es la geometría del chorro?  La estructura del chorro depende de varios factores, tales como la presencia de un agujero negro (y de su spin) o de una estrella de neutrones, la estructura, masa y momento angular del disco de acrecimiento, la geometría e intensidad del campo magnético y de la energía transportada por los neutrinos [49].

Hay básicamente tres modelos de estructura del chorro inicial: gaussiano, de sombrero de copa (‘top-hat’) y como ley de potencia; estructura que obviamente se modifica al interaccionar con el medio. La estructura final también se ve configurada en función de ciertas variables: la naturaleza de la energía en el chorro, la magnetización del mismo o la presencia de una SN subyacente. La tipología de chorro estructurado es la que se ha invocado para explicar los GRBs más intensos, como ha sido el caso GRB 221009 [50].

En cuanto a la composición del chorro, se barajan modelos de composición bariónica enteramente o dominados por el flujo de Poynting. Aunque hay casos donde se ha observado una composición híbrida, con dos componentes, como en el referido GRB 221009A, un caso excepcional donde el ángulo de visión fue de sólo 0.6º.

Galaxias anfitrionas

La mayoría de las galaxias anfitrionas detectadas inicialmente fueron galaxias de baja metalicidad, brillantes en el UV (implicando alta formación estelar) y siendo la mayoría galaxias enanas irregulares, con masas en el rango 109-1010 M. Observaciones en el infrarrojo cercano realizadas de manera más continuada mostraron que ~25% de las postluminiscencias de los GRB largos están afectadas por el polvo, implicando extinciones Av > 1 (ver por ejemplo [51]). Con ello, la muestra de galaxias anfitrionas ya identificadas ha aumentado considerablemente, estando muchas ya más enriquecidas en metales (con metalicidad próxima a la solar) y siendo más masivas que la anterior muestra, con masas en el rango 109-1010 M. De ello se infiere que podría haber dos vías en cuanto a la formación de GRBs de larga duración y la baja metalicidad sería una de las condiciones en una de ellas. En cualquier caso, la adición de estas galaxias más masivas a la muestra de galaxias anfitrionas de GRBs implica que el sesgo para considerar a los GRBs como indicadores de formación estelar es menor, y podrían ser buenos indicadores para determinar la tasa de formación estelar a valores de z > 3.

Sondeando el medio interestelar en galaxias con formación estelar a alto corrimiento al rojo

El GRB más lejano observado hasta la fecha tiene un corrimiento al rojo z∼9.4 [52], y se estima que podrían incluso ser detectados hasta z∼20 [53]. Aparte de poder sondear distantes galaxias con formación estelar, la espectroscopía de las postluminiscencias de GRBs en las horas iniciales tras la detección de los mismos, propicia el estudio del medio interestelar (ISM) en dichas galaxias de una manera sin precedentes, posibilitando de esta forma evaluar la absorción producida por el gas, los metales y el polvo, de lo que se pueden inferir las propiedades del polvo, el estado de ionización y la cinemática de los sistemas entre medias así como la composición química y la fracción de gas molecular de la galaxia anfitriona. Ver la Figura 6.

Figura 6. El espectro de absorción (tomado con OSIRIS en el GTC) de la postluminiscencia óptica de GRB 130606A indicaba un corrimiento al rojo z = 5,91, confirmando la expectativa de la distancia al haber sido descubierto tres horas antes con nuestro telescopio robótico TELMA en la estación BOOTES-2 en el IHSM/UMA-CSIC La Mayora en Algarrobo-Costa (Málaga). El soberbio espectro de GTC (sólo dos exposiciones de 1200s con R2500I) permitió también detectar varios sistemas intermedios (coloreados) y fue tomado sólo 3h tras el GRB (cuando la magnitud óptica de dicha contrapartida era de 20). Adaptado de [61].

Cosmología con GRBs

Debido a su luminosidad extrema, los GRBs se pueden observar hasta muy alto corrimiento al rojo, como hemos reseñado anteriormente. De manera similar a las SNe de tipo Ia, los GRBs pueden considerarse como indicadores cósmicos de distancia usando correlaciones propuestas entre distintos observables y así restringir los parámetros cosmológicos (ver por ejemplo [54]), aunque hay cierta controversia al respecto (ver por ejemplo [55]).

Interrogantes adicionales

Pero todavía hay muchos interrogantes que responder (ver más detalles en [56]), en relación a varios aspectos:

- Progenitores y su clasificación: estrellas masivas por un lado y fusiones de sistemas binarios por otro. ¿Algún otro tipo?, ¿cuántas clases físicamente distintas?
- Fuente energética central (‘central engine’) en los GRBs de tipo I: agujero negro, ¿también magnetares?
- Composición del chorro: ¿bariónica?, ¿leptónica?, ¿magnética?
- Mecanismo de disipación de energía: ¿choques?, ¿disipación magnética?
- Mecanismos de aceleración de partículas y radiación: sincrotrón, Compton inverso, cuasi-térmico. ¿Alguno más?
- Física de las postluminiscencias: interacción en el medio frente a la actividad de la fuente de energía interna en escalas largas de tiempo.
 

Y podríamos plantearnos interrogantes adicionales, recurrentes en el campo:

- En el caso de los GRBs de tipo I (larga duración), ¿hay diferentes progenitores?, ¿son la mayoría sistemas binarios?
- En el caso de los GRBs de tipo II (corta duración), ¿hay otros progenitores diferentes a los sistemas binarios de estrellas de neutrones? Tal vez... ¿fusiones de estrella de neutrón y agujero negro? ¿fusiones de agujero negro y enana blanca? ¿e incluso de estrella de neutrón y enana blanca?
 

Conclusiones

El campo de los GRBs ha experimentado un auge espectacular en estos 25 años, con implicaciones que van desde evolución estelar astrofísica extragaláctica, culminando con el uso de los GRBs en cosmología. En particular queremos resaltar entre todos los resultados de estos 25 años la ya mencionada detección de un GRB de corta duración asociado a la onda gravitacional GW170817 y la posterior detección de la kilonova asociada supuso la confirmación de la asociación de los GRBs de tipo II con las fusiones de estrellas de neutrones en sistemas binarias, como siempre se había sospechado.

Pero aunque se ha avanzado mucho en todo este tiempo, aún quedan muchos interrogantes, y buena prueba de ello son las dos grandes misiones espaciales lanzadas este año para seguir profundizando en este campo: Einstein Probe (lanzada en enero) y SVOM2 (lanzada en junio) en sinergia con toda la batería de instrumentación multirrango en tierra firme y los observatorios de ondas gravitacionales y de neutrinos en esta era de la Astrofísica de Multimensajeros.

Si la misión THESEUS [57] (Figura 7), con fuerte participación española, es finalmente adoptada por la ESA en 2026, la comunidad de altas energías española en particular y europea en general, se asegurará seguir teniendo un papel preponderante en este campo, toda vez que el Observatorio de rayos-gamma INTEGRAL de la ESA dejará de dar servicio en unos meses, después de tantos éxitos cosechados. En ese caso, el lanzamiento de THESEUS sería en 2037, y en clara sinergia con el resto de infraestructura en tierra y misiones espaciales previstas para entonces.

Figura 7. Concepción artística de la Misión THESEUS (Transient High-Energy Sky and Early Universe Surveyor) de la Agencia Espacial Europea. Cortesía ESA.

Agradecimientos

A todos los miembros de mi equipo por su dedicación y entrega todos estos 25 años (con mención especial a Javier Gorosabel y Mariló Pérez-Ramírez, quienes nos dejaron en 2015, antes de tiempo) y también a todos aquellos colegas que nos han “sufrido” teniendo que interrumpir sus importantes observaciones para atender las nuestras, conscientes de la importancia de la necesidad de la prontitud de las mismas. Y también a los comités de asignación de tiempos, que entendieron igualmente de la importancia de los programas de oportunidad para obtener el máximo rendimiento y publicaciones de alto impacto asociadas a los observatorios ópticos respectivos, en pos de beneficiar a los grupos españoles proponentes (aunque últimamente ya no sea tanto este el caso, atendiéndose casi más a peticiones con mayoritaria participación extranjera en tiempo español en detrimento de los grupos de nuestro propio país).

NOTAS

1. Historietas de esa época hay a raudales, como salir corriendo del LAEFF en Villafranca en Villafranca del Castillo (en Madrid) con lo puesto para llegar a Calar Alto al atardecer tras 7 horas de coche y entrar literalmente por la ventana –entreabierta– de la biblioteca (ya que nadie escuchaba el timbre para abrirnos la puerta) y “asaltar” al astrónomo de turno para pedirle (tras recuperarse el pobre alemán del “susto” inicial) que por favor observara cierta posición en el cielo donde horas antes había acontecido un GRB. Y explicarle primero qué era un GRB, claro. Anécdota también recogida en [62]. Y es que por entonces aún no se habían descubierto contrapartida óptica alguna y la escala de distancias seguía siendo un misterio...  

2. Misión en la que España, por tan sólo 0.5 Meur pudiera haber participado con todas las garantías del resto de países del consorcio, de haberse atendido la petición del autor de esta contribución al Plan Nacional, siguiendo la invitación que se nos cursó desde Francia (donde se co-lidera la misión), para aportar una pequeña componente del hardware, y cuya patente era además de una empresa española. Sin embargo, la propuesta no alcanzó la prioridad suficiente.

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